Esta película es una delicia que agradará tanto a fans de la banda como a los que acudan a verla sin haber escuchado absolutamente nada de The Doors. Sumerge al espectador en la locura, el desquicio mental de Jim Morrison, llegando a ocasionar una seria conmoción, un estado de ficticia drogadicción producido por la desmesura de las imágenes.
Dejo la crítica que publiqué recientemente en mi blog: http://les-chansonsdamour.blogspot.com/2010/12/critica-doors-toman-la-gran-pantalla.html